.: Toponimia "Lanchas"

lunes, 29 de marzo de 2010

Toponimia "Lanchas"

El origen de este topónimo se encuentra en el siglo XV, época en la que surge la población debido a la fuerte expansión demográfica que se dio en la Comarca de Los Pedroches. Su nombre parece venir de alguna fuente que se llamase de la Lancha, lo que confirma la denominación del próximo arroyo Lanchar o lanchas.
La procedencia castellana de este topónimo nos lleva a señalar que el término lanchar se aplica al lugar donde abundan lanchas (piedra plana de escaso grosor, de origen natural), siendo la Lancha el primitivo nombre con el que nos aparece documentada por primera vez esta villa en 1481. La Presencia de una fuente para el ganado en este lugar, conocido con dicho topónimo, completaría su denominación.

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Fuente la Lancha

Pueblo con un corazón noble y que siempre estará abierto a los demás.

Derramado sobre una agotada y mansa colina, cubierto por la suave tonalidad de un cielo estival y puro, Fuente la Lancha, visto desde la ermita, rodeado por un paisaje básicamente conformado de encinas y de dehesa, se asemeja a un melodioso rebaño de tejadillos ocres pastando hasta el anochecer. Pueblo enclavado en el denominado Valle de los Pedroches, en el norte de la provincia cordobesa, cuyo núcleo urbano se encuentra sobre una loma que divide las vertientes del arroyo Lanchar y del río Guadamatilla. El campanario de la iglesia se eleva maravillosamente sobre la sencillez de las casas. Hacia el norte, surgen las vaquerías, huertos y olivillos, de cercados familiares y alambradas, paisaje agrícola y rural, cargado de esplendor y de cuantioso silencio, de poesía y de belleza; un rincón para quedarse a vivir eternamente. Calles limpias y frescas, que agradecen la visita del caminante, acogiéndose por una paz serena y blanquecina. Caminillos de plata, huertos dulces, perfumados de hierbabuena y de árboles frutales y de albahaca, así como la densidad del olivar. Fuente la lancha es uno de esos pueblos cordiales y acogedores, cálidos, uno de esos románticos lugares donde el tiempo pasa desapercibido. No todos los pueblos pueden presumir de poseer una hermosa leyenda o historia misteriosa que se palpa en el ambiente de sus calles y entre sus casas. No todos los pueblos tienen el don de llevar grabado en su memoria la imagen de un romántico y altruista bandolero llamado Juan Palomo, amigo de José María El tempranillo. Fuente la Lancha, debió surgir en torno al año 1480 como aldea de Hinojosa. La procedencia de su topónimo, La Lancha, se encuentra también en el siglo XV época en la que surge la población debido a la fuerte expansión demográfica que se dio en la comarca de los Pedroches. El historiador de las Casas-Deza cree que su nombre puede venir de alguna fuente que se llamase de la Lancha, lo cual confirma la denominación del próximo arroyo Lancha o Lanchas. Fuente la Lancha fue aldea de Hinojosa del Duque hasta que durante el año 1820 alcanzó plena independencia municipal, previa solicitud de sus vecinos, apareciendo ya con el título de villa. En cuanto a las fiestas de Fuente la Lancha: Día de la candelaria (1 de febrero), es esta una fiesta mágica y ritual, autóctona de esta localidad que, a pesar de haberse ido desgastando con el paso de los años, últimamente está volviendo a recuperarse, pues la juventud se está identificando con esta celebración tan llena de autenticidad, tan original y genuina. Dicha fiesta suele transcurrir en Fte. la Lancha del modo siguiente: los jóvenes del pueblo salen al campo en busca de aulagas, troncos de encinas, es decir todo lo que prenda…los vecinos de cada calle, elaboran un pequeño candelorio, así que suelen ser numerosos en este día, igualmente el ayuntamiento se une a la fiesta regalando a cada candela, vino, cervezas así como chorizo, el cual es guisado en la fogata. Los jóvenes en este día suelen ir ataviados con cencerros. Fiesta de la matanza: (Diciembre), llamado en esta localidad el mes de las matanzas, antes era muy común que familiares y vecinos se reunieran en una casa cualquiera para matar el cochino y, a la vez, pasar juntos una jornada de alegre faenar elaborando chorizos, salchichones y morcillas. Últimamente, a causa de la progresiva proliferación de chacinerías y autoservicios donde es posible adquirir toda clase de embutidos, las matanzas han ido olvidándose de este genuino y peculiarísimo ritual de la matanza del cerdo. Fiesta de Santa Catalina: (día 25 de noviembre), dicha fiesta tiene mucho arraigo dentro de la localidad. La jornada transcurre de un modo fervoroso y alegre, con aromas de pólvora y de fiesta, el hermano mayor de la Hermandad por la noche, vísperas de la fiesta, hace un candelorio a base de aulagas y troncos de encina. Se toca el tambor durante la noche del sábado, y al día siguiente el hermano mayor da un convite en su casa. Hay misa y procesión, traca de cohetes, y al salir de la función religiosa, en la plaza se revolotea la bandera de la Hermandad, por los diferentes voluntarios. Fiesta de los Quintos: (día 24 de Diciembre), los quintos del año, realizan un candelorio con las encinas de la dehesa que son regaladas por el Ayuntamiento, a la vez que arrancadas por todos los quintos del lugar. En la noche, las gentes de Fuente la Lancha, se acercan a visitar el inmenso candelorio, mientras los quintos cantan por las calles del pueblo exigiendo “la botella” y dan buena cuenta de su garrafón de vino. En los anaranjados rescoldos de la lumbre las gentes asan chorizos, y se cantan las malsonantes canciones de los quintos, disfrutando de la fiesta familiar y cálida. Citar también la Feria de Santo Domingo, patrón del pueblo, así como la Semana Santa y la Romería de la Virgen de Guía. El carnaval es otra fiesta caracterizada del pueblo lanchego, que cada día se va celebrando aún más. En cuanto a la Gastronomía de Fuente la lancha, señalar el jamón, las migas o el relleno. Destaca la preparación casera de productos derivados del cerdo. Sobre todo en la elaboración de una exquisita morcilla. Entran en su composición la manteca del cerdo, la cebolla, la pimienta, la sal, el clavo, la canela, en ocasiones, y naturalmente, la sangre. Todos estos ingredientes, convenientemente mezclados, son embutidos en tripas y cocidos en agua hirviendo. Después se ponen a secar al aire y, por último, son ahumadas en las campanas de las chimeneas, tan ampliamente hechas, que parecen servir a este solo propósito. Todo se aprovecha en la artesa preparación de la morcilla porque, con el agua de su coción, pueden mejorarse algunos guisos. Y con la grasa que queda flotando en dicha agua se hacen riquísimas tortas de manteca. Son muy apreciados aquellos platos relacionados con la fiesta del carnaval: borrachuelas (vino, matalahúga, cáscara de naranja, clavo, aceite y harina, sin olvidar, por supuesto, una buena dosis de azúcar) y relleno básicamente, (preparado a base de trocitos de huevo cocido, paleta fresca, jamón añejo, y carne de pollo de campo. También como ingredientes, perejil y ajo, azafrán en hebra y colorante. Una vez mezclados todos los ingredientes, la materia resultante se embute en tripa de vaca, y no se rellena del todo pues el huevo tiende a crecer al cocerlo y, en consecuencia, puede reventar la tripa del embutido.) Otras comidas típicas de Fuente la Lancha son: el cocido (a base de jamón, añejo, tocino, garbanzos, orejón y carne de pollo), sopa de carnaval, cachorreñas, gazpacho, ajo de patatas, asadillo, picadillo de tomate, sardinas a la vinagreta, berenjenas en vinagre, migas “tostás”, potaje de Semana Santa, albóndigas, arroz con liebre, tortilla guisada, pisto, tortilla de espárragos, gazpachuelo de bacalao, lomo de orza, lechón frito, solomillo al vino, carne con tomate, palomas en salsa, huevos rellenos y, entre los platos de postres o dulcerías destacan buñuelos, flores, roscos, tartas de fideos, tortas resecas, roscos de almíbar, tarta de almendra, torrijas, perrunas, hornazos, rebanadas con vino y azúcar, natillas caseras, gachas, carne de membrillo, resol, … Para terminar este relato, exponer que Fuente la Lancha es uno de esos pueblos entrañables y acogedores, cálidos, uno de esos románticos lugares donde el tiempo parece detenido en la dulzura y en la sencillez, en la transparencia y el silencio: nadie llega a sentirse extraño en este lugar, en este pueblo tan resplandeciente y hondo, tan suave y campestre. Pueblo con un corazón noble y que siempre estará abierto a los demás.

El Tiempo en Fuente la Lancha

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lunes, 29 de marzo de 2010